Por qué México tiene «trato preferente» ante los aranceles de Trump y en qué se puede beneficiar del nuevo orden comercial

Cuando este jueves, al iniciar su rueda de prensa matutina, un periodista le preguntó a Claudia Sheinbaum si estaba contenta, la presidenta mexicana pausó, saludó y sonrió con el tono de satisfacción, relajado pero victorioso, que mantuvo durante toda la conferencia.

«Para México no habrá aranceles, y eso es bueno para el país, aunque algunos no quieran reconocerlo (risas). Tiene que ver con la buena relación que hemos construido entre el gobierno de México y el de Estados Unidos», afirmó.

«Trato preferente», esa es la expresión del día en México porque este fue el único país en el mundo —al igual que Canadá, aunque con matices— que no entró en el polémico esquema de aranceles anunciado el miércoles por el presidente Donald Trump.

En su discurso, el mandatario dio a conocer los llamados «aranceles recíprocos» que tendrán las importaciones a EE.UU. de países como China, del 34%, o la Unión Europea, del 20%.

Y, entonces, el peso mexicano se apreció en un 2%. Y el gobierno de Sheinbaum celebró.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, dijo que «el tratado se mantiene y eso es un logro mayor, no lo demos por sentado, porque en un nuevo orden comercial fundado en tarifas, es muy difícil que sobreviva un tratado de libre comercio».

En efecto, de los 14 tratados semejantes que tiene EE.UU., solo el mexicano se va a respetar a cabalidad.

Pero no todo es fiesta: los aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas hacia EE.UU. que no están amparadas por el tratado —un 40% del total, la mayoría del sector automotriz— siguen vigentes y ahora el reto de Sheinbaum es reducir ese número.

«Se sigue trabajando y dialogando», dijo Ebrard, quien anunció que en los próximos 40 días intentarán «lograr mejores condiciones».

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