Maternidades infantiles: al día, 22 niñas son madres en México

En México, 8 mil 200 niñas son madres por abusos sexuales, uniones y maternidades forzadas, lo cual, pone en riesgo su vida.
Las niñas madres son el rostro más visible de la desigualdad y la violencia de género. Sus vidas quedan marcadas cuando, en una edad en la que deberían jugar, estudiar y soñar, enfrentan la maternidad, los riesgos a su salud, el abandono escolar y la pobreza.
En México, en 2024, 8 mil 200 niñas entre 10 y 14 años se convirtieron en madres, según las cifras más actualizadas del Consejo Nacional de Población (CONAPO). Eso significa que, al día, hay 22 niñas que enfrentan un parto.
Los estados con mayor número de casos fueron Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Michoacán, entidades con alta presencia de comunidades indígenas.
Tania Ramírez Hernández, directora de la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM), señaló que detrás de cada maternidad infantil hay abusos sexuales, uniones forzadas y falta de oportunidades:
“La violencia sexual que vivimos las mujeres es por esa mezcla de violencia sexista, machista y violencia adultista. No hay ninguno que sea tan claro orientado a las mujeres, adolescentes y niñas: 93 por ciento de la violencia sexual siempre se desarrolla contra ellas”.
Causas de maternidad infantil
Según el informe de REDIM, “Violencia sexual contra la niñez y adolescencia en México”, en 2022 el embarazo fue la segunda consecuencia más común entre las niñas y adolescentes atendidas en hospitales por violencia sexual. Lo anterior, afectó al 15.7% de los casos.
Ese mismo año, el 15% de las Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVE) derivadas de una violación, correspondieron a niñas de 10 a 14 años, según datos del Centro Nacional de Equidad de Género, Salud Sexual y Reproductiva (CNEGSR).
Tania Ramírez también advirtió que muchas veces los agresores están dentro del propio entorno familiar o comunitario, lo que dificulta la denuncia y la atención a las víctimas:
“Muchas veces la falta de denuncia es por la complejidad de esas historias, en donde la violencia sexual puede ser por parte de un familiar, por parte del propio padre, del padrastro, etcétera.
Ese tabú que existe, esa instrumentalización también de los cuerpos de las niñas, a veces está detrás de esta falta de denuncia aunado a la falta de información”.
Por otro lado, hay maternidades que son consecuencia de uniones tempranas y forzadas. Aunque desde 2019 la ley establece como edad mínima para el matrimonio los 18 años, en México, las niñas aún son vendidas y obligadas a casarse, sobre todo, en comunidades indígenas y rurales.
De acuerdo con la secretaria técnica de CONAPO, Gabriela Rodríguez Ramírez, la mayoría de las niñas madres provienen de contextos donde hubo matrimonio o unión forzada desde edades muy tempranas:
“La palabra ‘violencia’ en amplio, hay que decirla así, porque cuando a una niña la obligan a casarse, a veces con el novio que ni conoce, ya es una forma de violencia. Y pues lo acepta porque así le pasó a su mamá, a su hermana y luego va a pasar el día que se unan, van a tener una vida sexual.
Si aquel señor no lo conocía, pues prácticamente también podemos hablar de una violación sexual. Estamos hablando de una práctica patriarcal violenta, gravísima”.
La información reveló las relaciones de poder que hay detrás de las maternidades tempranas. La subdirectora de Gestión del Conocimiento en Ipas Latinoamérica y el Caribe, María Elena Collado, señaló que en seis de cada diez casos en los que se conoce la edad del padre, las niñas tienen entre 10 y 19 años, mientras que los hombres pueden tener entre 12 y 75:
“Muchas veces las personas dicen: ‘No, pues es que se embarazó del novio’. Pero bueno, si vamos más allá, investigamos y vemos la situación y lo que nos dicen las estadísticas, estamos viendo que no son niñas embarazadas de sus coetáneos.
Más bien, son personas de mucha mayor edad que establecen relaciones de poder y dominio”.
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